Paseos por nuestros pueblos – continuación

LAMONTELARIE

Lamontélarié era una de las tres parroquias con las que contaba la comunidad de Anglès. En aquel entonces ésta se extendía en gran parte en lo que es hoy el municipio de Le Soulié.  Con su ubicación a 800m de altitud en el Parque Natural Regional del Haut-Languedoc, rodeado por bosques de hojas caducas y de coníferas, así como por praderas, constituye un remanso de paz para los paseantes. A la vuelta de un camino, bajo las copas de los árboles, se desvelan las ruinas de la aldea de Sicardens.

Una escasa veintena de familias vivía allá en el siglo 19, en pequeñas casas con tejados de retama y suelos de arcilla. La tierra era pobre, todos los hombres no poseían sus propias tierras y tenían que ser contratados. Se los llamaba entonces los “Brassiers” (como los braceros, que “alquilan sus brazos”, o sea “bras” en francés). En 1870, una epidemia de carbunco se abatió en la aldea y diezmó la población. La aldea pereció, pero la piedra conservó los recuerdos…

Lamontélarié es un pueblo típicamente montañero con sus casas de tejados de pizarra y su iglesia Sainte Marie-Madeleine (Santa María Magdalena) que data del siglo XVII. Su ubicación en la orilla del lago de la Raviège con la aldea del Rouquié alegra a los adeptos a los deportes náuticos y el agua límpida de sus arroyos, a los pescadores.

La particularidad de sus zonas húmedas con sus turberas (pantanos), ricas de una flora y fauna excepcionales, permite a los amateurs ecologistas descubrir, a unas decenas de kilómetros de la garriga mediterránea, un ecosistema original.

No te pierdas: el pueblo y su iglesia Ste Marie-Madeleine, la caminata la Montéliote (14km) sendero Montéliote (14km), la aldea de Sicardens (que se descubre con el sendero Montéliote), el sendero de descubierta de La Sagne des Baysses, la aldea del Rouquié y sus comodidades turísticas, el lago de la Raviège.

LA SALVETAT SUR AGOUT

Desde lo alto de su espolón rocoso, en el meandro del Agoût, el pueblo de La Salvetat crea juegos de espejo sobre sus tejados de pizarra azulada desde el siglo XII. Sin embargo, sus orígenes se han remontado al siglo VIII, cuando los primeros habitantes se establecieron alrededor de un monasterio benedictino de la que la capilla St-Etienne de Cavall es la única muestra.

La Salvetat toma su nombre de “sauveté”, os sea “el lugar que salva”. En el Sur de Francia en la Edad Media, las «sauvetés» eran zonas organizadas alrededor de iglesias, donde se podía pedir asilo. Se delimitaban estas zonas por hitos, y entre éstos estaba prohibido ingresar para perseguir a fugitivos. En el siglo XII, por voluntad del pueblo y del clérigo, derrumbaron las fortificaciones de La Salvetat, que se dedicó desde entonces a ser tierra de refugio, especialmente por el paso del Camino de Arlés (Vía Tolosana) hacia Santiago de Compostela. El pueblo Héraultais de La Salvetat fue históricamente católico, perteneciendo a la diócesis de St-Pons de Thomières. Fue víctima entonces de las Guerras de Religión en el siglo XVI pero nunca fue tomado por los protestantes. Muy próspero durante el siglo XIX, el pueblo sufrió un declive demográfico después de las Guerras Mundiales y conoció el éxodo rural que las siguió, antes de alcanzar su apogeo económico alrededor de los años 1950 gracias a la construcción de la presa hidráulica de La Raviège. El pueblo contaba entonces con una centena de comercios.

Hoy en día, el municipio resplandece gracias a la reputación de su agua mineral famosa en toda Francia, pero también gracias al turismo verde, el lago de La Raviège con sus numerosas actividades, y su calidad medioambiental incomparable. La Salvetat sigue siendo el refugio para numerosos ciudadanos del Hérault.

Descubrir el pueblo a su ritmo : circuit du patrimoine

No te pierdas: la capilla romana St-Etienne de Cavall y su misteriosa Virgen negra, el puente St-Etienne de Cavall (siglo XII), el sendero de la Lauze (10 km) (sendero de la laja – 10km), el lago de La Raviège y sus comodidades turísticas (centros de ocio Les Bouldouïres y Gua des Brasses).

LE SOULIE

La aldea de Le Soulié se ubica en la ladera de una colina, a 900m de altitud, en la meseta del Somail. Esta última está muy bien expuesta al sol, del cual el pueblo toma su nombre: “Solher”. Le Soulié existió como tal a partir del siglo XVIII. Su creación viene de una leyenda local, la cual cuenta que una iglesia se debía erigir en la aldea de Vergouniac. Los Señores de Caraman, aldea ubicada al otro lado del territorio, no lo aceptaron y reclamaron la erección de la iglesia en su lugar. Después de muchos desacuerdos y a fin de apaciguar la situación, decidieron finalmente construir la iglesia en el lugar Le Soulié-Haut, a igual distancia entre los dos feudos. Le Soulié y sus numerosas aldeas, que disfrutan a la vez del aire libre y del sol, formarán en los años 50 una estación renombrada por su situación climática y acogerá numerosos campamentos de verano.

Hoy en día, la aldea cuenta con una centena de habitantes y vive principalmente gracias a la agricultura y el turismo. Le Soulié sigue siendo un pueblo con el encanto típico de su fuente, su iglesia y su antiguo horno de pan, lleno de tesoros del pasado en sus lugares, entre los cuales hornos de piedra (Sept-Faux, Le Banès, La Fajolle) que cobran vida durante la “jornada de los hornos” en agosto, y algunos castillos (Gransagnes, Caraman).

No te pierdas: la cruz de St Brancary (antiguo lugar de peregrinaje), el castillo de Grandsagnes (siglo XVI), el sendero des Planques (puentes en lajas típicas de la región), el pueblo y su iglesia, su fuente y su estanque, las aldeas y sus hornos de pan.

MOULIN MAGE

Ante el inquebrantable Montalet, cima del Tarn, ese pequeño pueblo ubicado al cruce entre Murat y Barre, entre Tarn y Aveyron, tomaría su nombre del occitano “Molin Magèr”, o sea “gran molino”. El único molino de relevante importancia registrado hasta ahora está abajo de la carretera de la Fontblanque y de Barre. ¿Sería ese mismo “gran molino”? Nada es seguro…

En todo caso, como sus vecinas, se habitaron las tierras de Moulin-Mage desde hace más de 5 000 años, como lo demuestran las numerosas estatuas-menhires esculpidas por los primeros agricultores del Neolítico. Entre ellas el imponente menhir de Vacant. Más tarde, los Romanos pasaron por ahí, creando su famosa vía entre Béziers y Cahors. Sin embargo, hubo que esperar unos siglos más antes de poder considerar Moulin-Mage como un verdadero municipio. De hecho, hasta finales del siglo XIX, Moulin-Mage no es sino una aldea bajo la jurisdicción del municipio de Barre. Pero a partir de 1900, la creación de una carretera (mucho tiempo esperada), y la llegada del “Trencito”, permitieron la separación entre Cabannes y Barre, y el nacimiento oficial del municipio de Moulin-Mage. Ésta es famosa por varias originalidades que cabe destacar, como por ejemplo el uso muy frecuente de conejeras artificiales en el siglo XIX y a principios del siglo XX. Construidas en los bordes de los campos, en los taludes, cubiertas por tierra y dotadas de puertas metálicas cerradas con llave, eran en realidad trampas para conejos. Al pasear en los bosques, todavía se puede encontrar unas por casualidad, abandonadas desde los años 1970. Pero estos últimos años el orgullo de Moulin-Mage reside en la persona del antiguo cartero, ¡estrella del muy famoso concurso de televisión francés “Questions pour un champion” (“Preguntas para un campeón”) en 2015.

No te pierdas: la iglesia Notre-Dame de Moulin-Mage (1836), la iglesia St-Hilaire de Cabannes (1837), el menhir de Vacant.

MURAT SUR VEBRE

Construído en la Vèbre, río que da parte de su nombre al municipio, Murat, que vendría del latín “muratum” (recinto, cerrado por muros), reposa en el peñón del Castelas, sobre el cual había en aquel entonces un antiguo castillo. La aldea de Murat se ubica en el centro de una amplia comuna que contaba con 4 parroquias de las cuales quedan hoy las iglesias.

En aquel entonces, y hasta la Revolución francesa, la comunidad de habitantes llevaba el nombre de Boissezon de Matviel. Después de la Revolución, Murat será designada como cabeza del cantón. Sin embargo, su historia es relevante por la presencia humana que se remonta a tiempos remotos, con los primeros paisanos y ganaderos del fin de la Prehistoria (entre 3 300 y 2 200 AEC) que grabaron y erigieron las estatuas-menhires encontradas en gran cantidad en los Monts de Lacaune. Descubiertas desde hace ya más de un siglo, siguen siendo un enigma. Se da a conocer este periodo en el Centro de Interpretación de los megalitos, abierto unos 15 años atrás, y donde están las estatuas más emblemáticas. Murat, como sus vecinos del Tarn, fue marcado por las Guerras de Religión en el siglo XVI pero también por la llegada del ”Trencito”, y por la construcción de una gran carretera y de puentes permitiendo a las carretas ir hasta el bajo Languedoc y facilitando los intercambios.

Tanto como La Salvetat y Anglès, Murat es una etapa en la Vía de Arlés (Vía Tolosana) hacia Santiago de Compostela, donde les gusta a los peregrinos descansar y disfrutar de los paisajes verdes y del frescor del clima. Esta vía emblemática se celebra cada año con la jornada jacobea, el 25 de julio

Descubrir el pueblo a su ritmo :     Vèbre Coeur

No te pierdas: el museo de los megalitos, la iglesia St-Etienne, los vestigios de la torre de Boissezon y del castillo de Canac, el sendero de las Torrecillas (Sentier des Tourelles, 12km), el sendero del Plo de Canac (se ven los vestigios del castillo), el molino de Narulle.

NAGES

El pequeño pueblo de Nages está en el río Viau, que encuentra su fuente cerca del Mont Barre y corre despacio hacia el sur, hasta el lago del Laouzas donde se une al Vèbre.

Nages alberga varios tesoros de arquitectura, empezando por el castillo de los Condes de Thézan. Éstos no venían ahí y tomaron el lugar tropas protestantes durante las Guerras de Religión del siglo XVI. Durante la Revolución francesa, el Conde queda tranquilo y su hija, y luego su nieta, heredaron el lugar, hasta la Primera Guerra Mundial. Solo después de ésta se vendió el castillo al municipio de Nages. Hoy en día, el centro de investigación sobre el patrimonio de Rieumontagné es propietario de dos torres que, después de una restauración, se convirtieron en salas de exposición.

Nages también merece una parada por su iglesia San Víctor, lindante con el castillo. La iglesia San Martin, originalmente parroquial, fue destruída durante las Guerras de Religión y después de estos hitos la capilla del castillo, la capilla San Víctor del siglo XV, se vio prolongada en el siglo XVII, y luego modificada en el siglo XIX hasta formar hoy la iglesia parroquial. Alberga hermosos y notables murales al fresco de Michael Greschny.

Pero Nages también remite al lago del Laouzas, cuya presa construida en 1960 provocó una modificación considerable de los paisajes y marcó profundamente la población. A la otra punta del lago está la pequeña aldea de Villelongue cuyo campanario domina el lago con majestad.

Más lejos, en el bosque, Nages también remite a la Maison de Payrac, antigua granja del siglo XIX, acomodada como museo al aire libre.

Nages sigue siendo el refugio para los ciudadanos cansados por la ciudad y que buscan un momento de frescor y aire limpio donde encontrar el azul del lago y el verde de los bosques

Descubrir el pueblo a su ritmo :     el circuito «Nages au fil du Viau»

No te pierdas: las torres del castillo, los murales al fresco de Greschny en la iglesia San Víctor, la Maison de Payrac (de mayo a octubre), el presbiterio de Tastavy y su conservatorio de la memoria católica, el lago del Laouzas y su centro de ocio de Rieumontagné, el museo de la vida paisana, las rutas de senderismo: Les Termes de Tsaquarello, Le tour du lac, Entre Lac et Château, Le Sommet de Rouayras.

ROSIS

El municipio de Rosis es realmente atípico puesto que se extiende sobre unas 5 300 hectáreas y la constituyen 22 aldeas sembradas del valle de la Mare hasta las Gargantas de Héric. Antes se llamaba St-Gervais – Terre forraine, pero en el siglo XIX hubo intercambios de tierras enclavadas a fin de delimitar territorios comunales. Fue en 1827 pues cuando tomó el nombre de Rosis, del nombre del castillo de la familia noble del lugar: los De Portalon de Rosis.

La aldea de Rosis no es la más poblada en el municipio. Está en Andabre, en las afueras de St-Gervais sur Mare donde se explotaban las minas de antracita, donde se concentra la vida comunal. Atraviesan el municipio varias rutas de senderismo prestigiosas, pasando por la montaña de Rosis y por la imponente masa abrupta del Caroux y del Espinouse.

Tierra para la aventura por excelencia, es el lugar óptimo para los adeptos de la escalada, es el dominio de los senderistas tanto como el del águila real o del muflón europeo introducido en 1956, con el coto nacional de caza y de fauna salvaje, poblado con más o menos 1 800 individuos.

No te pierdas: la aldea de Douch con la casa del Muflón, los puntos de partida de las rutas de senderismo, la cumbre del Caroux, el mapa de orientación, el molino de Fages, las aldeas de Rosis, Andabre, Cours… y sus casas de arquitectura típica de las Cevenas con piedras y laja locales.

SAINT-SALVI DE CARCAVES

Esta pequeña aldea del cantón de Viane, que cuenta con 90 habitantes, se ubica en tierras montañosas orientadas hacia el Oeste. El Dadou, río principal de la comuna, ya no es sino un arroyuelo en Saint-Salvi. Ahí nace, muy cercano a la Frégère, y crea numerosos meandros en el fondo de la estrecha cuenca montañosa. Luego, el municipio y el valle se ensanchan a nivel del pueblo. A 730m de altitud, del frío y la humedad nace una vegetación abundante en un paisaje verde: robles, hayas, fresnos, castaños, acebo, retama, helechos, brezos cubren las tierras sin cultivar.

Los orígenes de Saint-Salvi de Carcavès se pierden en el tiempo. La estatua-menhir de los Ouvradous, descubierta en 1930, es el testigo de un periodo que se remonta a 3 000 AEC, como la mayoría de las otras estatuas-menhires sembradas en Monts & Lacs en Haut-Languedoc. El nombre del pueblo haría referencia a Salvius, obispo de Albi, y debería su desarrollo a su ubicación en el eje Albi-Lacaune, que en aquel entonces era muy frecuentado.

St-Salvi conoció un periodo agitado en el siglo XIV con numerosos saqueos y conflictos que arruinaron parte de la comarca, pero la situación se apaciguó a mediados del siglo XV. Más tarde, como en muchos pueblos del territorio, la demografía se quedó estable hasta finales del siglo XIX, y hubo un descenso tras las guerras y el éxodo rural a favor de las ciudades cercanas del Tarn.

Hoy en día, los habitantes del Tarn viven principalmente de la agricultura y este valle verde atrae a numerosos veraneantes, a menudo extranjeros buscando la calma y la autenticidad

No te pierdas: el Rocher de la Vierge (roca de la Virgen) y el mapa de orientación

SENAUX

Siendo uno de los más pequeños pueblos del Tarn, en el corazón de los Monts de Lacaune, Senaux tomaría su nombre de una antigua villa Galorromana, Senaldus, ubicada en la antigua vía romana conectando Béziers con Cahors.

Senaux es famoso por su castillo que pertenece a los De Goudon, familia de nobles protestantes, y su palomar que alberga una fuente romana única por su arquitectura de piedra en seco (de piedra laja) que no tiene equivalente. La asociación de los Amigos de Senaux la rehabilitaron. Hasta inicios del siglo XIX, los habitantes tenían como costumbre sacar el agua en esta fuente.

Tres arroyos atraviesan Senaux: el Blateyroux, el Gijoussel y el Sepval. El pueblo atrae por su frescor y lo verde sus paisajes, sus callecitas típicas y su pozo; es un pueblo campesino con un encanto único

No te pierdas: la fuente del palomar, el pueblo y su pozo.

VIANE Pierre-Ségade

Pequeña aldea del Tarn en la ladera de una colina, en el valle de Gijou, Viane es un pueblo con un historial muy rico. En su orígen, era una aldea ubicada en un peñón del mismo nombre, que vendría de vianova, “nueva vía”, como prolongación de la vía romana de Roquecézière.

En la Edad Media, cuenta con un castillo feudal que se incendió durante las Guerras de Religión y del cual no queda nada. Viane “el peñón” pierde poco a poco su influencia a favor de “Pierre Ségade” (piedra serrada), ubicado en el fondo del valle. Viane tiene como particularidad la convivencia entre cuatro comunidades religiosas. Antigua fortaleza cátara durante la cruzada albigense, se convirtió en plaza fuerte hugonote (= protestante) a partir de 1562. Será entonces el lugar de agrupación del Desierto (movimiento compuesto de protestantes clandestinos que se quedan en Francia durante la persecución católica). Más tarde, perturbará la vida de Viane la llegada del “Trencito” en 1907 que ofrece la ciudad de Castres a menos de tres horas, ¡una verdadera revolución!

Gracias a esta riqueza histórica, el pueblo es un verdadero museo al aire libre. Numerosos edificios religiosos como iglesias católicas, evangelistas y templos protestantes conviven, así como numerosos puentes y fuentes que descubrir. Entre estas últimas, la más famosa sigue siendo la Fontaine de Recoules, misteriosa construcción del siglo 16, inscrita en la lista de Monumentos Históricos.

Descubrir el pueblo a su ritmosentier du patrimoine de Viane

No te pierdas: le Rocher (que da un panorama hacia el pueblo), la iglesia Notre-Dame (siglo XIX), la fuente de Pratmayou, el lago de la Rabaudié, la fuente de Recoules (siglo XVI).

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